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A diferencia del resto de los comics altamente industrializados, la franquicia X-Men siempre ha sido un título más complejo que el resto. Esto no se debe sólo a la gran variedad de títulos X que existen en el mercado (actualmente X-Men, Uncanny X-Men, New X-Men, X-Force, Ultimate X-Men, los títulos unitarios, miniseries, spin offs y, por supuesto, el agraciado Astonishing X-Men, que ha sido objeto de reseñas y comentarios incluso por parte de los llamado medios "serios"). Tampoco se debe al lujosísimo historial de escritores y dibujantes que se han involucrado en la escritura de sus guiones y el diseño de sus páginas (desde directores de cine como Bryan Singer o Joss Wheddon hasta grandes nombres del medio como Mark Millar, Brian Bendis, Grant Morrison y Chris Clearmont).
La principal razón por la que parecen circular en una atmósfera ajena a la de los héroes arquetípicos es porque nacieron diferentes: a diferencia de los paladines socialmente aceptados y defensores del mundo, los X-Men siempre han sido los héroes que protegen al mundo que les teme y les odia, que padecen la discriminación de ser una minoría y que, por primera vez en la inmaculada mitología de las historietas, humanizaron los conflictos naturales del hombre: la muerte, el rechazo social, la inseguridad, los celos, los conflictos éticos, los matices de la sexualidad, las drogas. Desde una óptica muy, muy pop, han sido vehículo de debate para temas que en las páginas de revistas como Superman, Batman o El Hombre Araña, simplemente no tenían cabida. Al menos hasta fechas recientes, cuando X-Men se convirtió en el título más vendido del mundo (mucho antes de la primera película, hace cerca de veinte años), y el resto de las "grandes marcas superheróicas" discretamente comenzaron la "modernización" de sus personajes para adaptarlos a una dinámica menos inocente, más mordaz y proactiva.
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Luego vinieron las primeras dos cintas X, filmes que bajo la batuta de Bryan Singer cobraron identidad propia. No eran un refrito de la historieta, sino una reinvención sana, total y coherente de la confusa mitología X, que a lo largo de cuatro décadas de publicaciones periodicas e ininterrumpidas se había convertido en un caos (divertido, pero finalmente un caos).
Hoy llega a nosotros X-Men: La última batalla, el procalmado cierre definitivo de la saga fílmica de los mutantes de Marvel Comics. Con un nuevo director a bordo (Brett Ratner), la entretenida película es un auténtico desgarriate que intenta hacer guiños a los X-Men de Singer, a los X-Men del comic y a los X-Men que un gran estudio como la FOX debe desear para refrendar su más que probada rentabilidad. El resultado, insisto, es una cinta de acción ligera, con los personajes comprimidos hasta su perfil más elemental, un par de tramas principales sólo abordadas superficialmente y mucho efectismo para garantizar su proyección masiva. No, el público no se aburrirá, e incluso se sorprenderá en un par de ocasiones. Pero los fans más fieles, así como el cinéfilo promedio que le tomó gusto a la serie, se sentirán un tanto traicionados. Traicionados por la obvia ignorancia de Ratner en la materia y la acelerada resolución de todo. Sin ser una mala película (consideremos que se trata de un flick de Hollywood y no de cine de arte), es la menos brillante de las tres, la menos arriesgada. Esperemos que lo que tenga que venir después sobre los títulos y personajes X a la pantalla grande, nos saque esta espinita.
Escuchando a Morrissey / Ringleader of the tormentors (Álbum)
Fotos: 1. Marvel Comics. 2. FOX.
5 comentarios:
Amigo
Su blog es la onda. Tanto que lo he recomendado con ciertos coreligionarios. Ya se enterará...
Saludos
bri
Amiga,
Usté como siempre tan "levanta-ánimos". Le agradezco harto.
Chido.
A mi me gusto la pelicula.
La disfrute como esas peliculas de fin de semana que entretienen, fantasean y de alguna forma nos hacen sentir aún un poco niños.
El efecto del Golden Gate... simplemente notable.
Realmente, ¿es la ultima pelicula de la saga?
Sí es la última cinta de la franquicia bajo la etiqueta "X-Men". Sin embargo, no es la última sobre los mutantes de Marvel Comics.
Lo que va a suceder es que van a producir spin-offs, es decir, cintas sobre personajes en particular: la película de Wolverine, la de Magneto, y así. Ya veremos cómo sale el experimento de los spin-offs en serie.
No es que esté buscando un gato(aunque depende del punto de vista que se le dé...), simplemente he decidido que Hugh Jackman solamente me atrae cuando personifica a mi Logan/Wolverine
(sobre todo si no trae camisa y sus garras están completamente alertas!!!) jajajajaja
Tal vez es el resultado del inevitable retorno a mi infancia que revuelve la época cuando pretendía ser She-ra y estaba enamorada de Leono! jajaja
Y era un pequeña niñita que recorría la casa con su máscara de She-ra y su guante-garra pretendiendo ver más allá de lo evidente con su espada del augurio...
Y de repente me ponen a un Hombre-Gato de carne y hueso sin camisa y todo sexy... oosea!! antes no me
ha dado por grita Thunder...... thunder.... thundercats..... y ver qué sucede cuando grite a todo
pulmón .......OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
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